Este fue el primero de dos encuentros que tendremos durante el año. Con el acompañamiento del Hermano Mariano, compartimos nuestro caminar en la fe, en un ambiente de reflexión, buscando ver la acción de Dios en las cosas que nos rodean.
 
Han transcurrido 186 años desde la creación de los Hermanos Maristas. El corazón de nuestra mirada se centra hoy en la REFUNDACIÓN, vale decir, en la renovación. Esto nos lleva de vuelta al carisma, a la espiritualidad que no es otra cosa que el seguir a Jesucristo. La espiritualidad es la esencia, la motivación, el sentido real que todo cristiano debe sentir en su vida.  Jesús es el corazón de todo y estamos llamados a reproducir su imagen en nuestra misión educativa: "Dar a conocer y amar a Jesucristo".
 
Existe la convicción de que el Espíritu existe, como en el tiempo de Jesús y de los Apóstoles; nuestra misión es reconocerlo, acogerlo y ayudarle a abrirse camino; Él no se desanima ante las condiciones de nuestro tiempo, se le ve fuerte, alegre, llega a lugares inimaginables. Hoy día existe una crisis, que se traduce en la pérdida del sentido de lo invisible y de lo trascendente, la crisis del sentido de Dios, pero a pesar de ello el Espíritu está presente; en forma anónima sigue jugando a ganador.
 
Nuestra espiritualidad es mariana y apostólica, o sea seguir el modelo de María, nuestra Buena Madre, en el mundo. Ella es el camino que nos conduce a Jesucristo.