La primera Jornada
de Espiritualidad Apostólica Marista se vivió los días 26 y 27
de marzo en nuestro Colegio, con la participación de todo el
equipo docente.
La Jornada fue animada por el Hermano Mariano Varona, Vicario del
sector Chile, con el apoyo de los seis educadores que participaron
durante el pasado mes de enero en el encuentro de Espiritualidad
Apostólica Marista realizado en Limache.
El programa se
inició el día viernes, a las 15.20 horas, con la recepción de
los docentes a cargo del Equipo EAM colegial.
A las 15.30 horas, Claudia Aguilera y Nicolás Crocce dieron la
bienvenida recordando que la Espiritualidad es asunto de fuego.
Luego, María Luisa Zamorano y Walter Muñoz motivaron el momento
de expresión de los sentimientos con que cada uno de nosotros
llegaba al encuentro. Después, el Hermano Mariano nos invitó a
revisar qué efecto había tenido la última jornada del año
pasado en lo personal y colegial.
Durante el primer
descanso, se produjo la llegada de los hermanos miembros del
Consejo Provincial, encabezados por el Hermano Pedro Marcos
S.E., nuestro actual Provincial. Ellos compartieron con
nosotros y se quedaron para la primera actividad posterior al
descanso, que consistió en una representación de un pasaje de la
vida del Padre Champagnat, que enfatizaba el tema del amor mayor.
Previamente, el Hermano Mariano motivó este momento.
Una vez concluida la
representación, pasamos a trabajar en grupos y la tarea fue
identificar gestos de amor mayor en nuestra vida familiar,
colegial y cotidiana. Finalizamos el día con las conclusiones en
plenario.
El día sábado, se
inició con un trabajo personal consistente en la lectura del
documento "Vivir con pasión una mutua relación de
amor". Posteriormente, nos reunimos en grupos para compartir
libremente los frutos de la lectura.
Esta primera Jornada
de Espiritualidad Apostólica Marista finalizó con la oración,
que fue animada por nuestro Rector, don Claudio Arellano, y por el
profesor Luis Sánchez. Fue un momento muy emotivo en que se leyó
el texto "Nunca estarán solos al volar".
Luego compartimos la
reflexión en duplas y, finalmente, vivimos la experiencia de
compartir el pan y las tarjetas que cada uno escribió a la
persona por la que se oraba diariamente. Por su parte, el Hermano
Mariano nos dejó algunas tareas para el próximo encuentro.
Creemos que esta
primera Jornada resultó muy provechosa, porque cada uno de
nosotros la sintió como algo significativo que esperamos se
traduzca en una mejor calidad de vida, más felicidad y una mejor
preparación para ser auténticos educadores Maristas.
Agradecemos al Hermano Mariano toda su disposición para
acompañarnos en este proceso de crecimiento espiritual.