Pero lo más emotivo para los Maristas es que la autora inicia claramente la novela con esta dedicatoria: “Al Hno. Fernando de la Fuente, misionero en Africa, cuyo espíritu anima esta historia “ Los datos del misionero y su “actuación” están basados en la persona real del Hno. Fernando de la Fuente, al que la novelista conoció epistolarmente y con el que trabó amistad desde 1994, cuando era Rector del Instituto San Fernando. El nexo inicial con la escritora fue doble: 1º) una familia de nuestro colegio, amigos íntimos de Isabel, y 2º) el nombre de PAULA –la hija fallecida de Isabel que motivó la novela que lleva su nombre y la primera carta de Fernando a Isabel para felicitarla por la novela y hablarle de la coincidencia del nombre con el de “la Abuela Paula”, la abuela preferida del Hno. Fernando en el pueblo serrano de Moncalvillo (Burgos). Luego, en 1995, Isabel admiró sobre-manera el gesto del Hno. Fernando de dejar su cargo y comodidades de Chile para irse al Zaire, a atender los Campos de Refugiados rwandeses. También allí se escribieron y fue muy felicitado por ella, por cumplir esta misión solidaria... Al ser masacrados los 4 Maristas de Bugobe-Nyamirangwe (31-X-1996), Isabel escribió su “pésame y admira-ción” al Hno. Provincial de Chile, y comenzó a tomar a Fernando junto con Paula, su hija, como sus “ángeles tute-lares” al emprender nuevos proyectos, personales y sociales... No ha estado ausente de esta “devoción al Hno. Fernando” de parte de Isabel Allende, el hecho que la citada familia (Errázuriz-Leiva) del Instituto San Fernando, la ha seguido cultivando e integrando a la Comunidad Marista, para mantener la memoria de nuestro Hno. “mártir”. Esta familia plantó –en Dicbre de 1996- en el parque de su casa de campo de Chimbarongo “el Rosal de Paula y los 4 árboles de los Mártires Maristas del Zaire”. cada uno con su nombre propio. Entre los cuatro rodean una pequeña ermita mariana, donde hay encuentros de oración y convivencias... Bajo el árbol de Fernando se sitúa también una fuente de piedra llamada “el Agua de la Fuente de Paula”. Isabel Allende viene una o dos veces al año y, a veces, somos invitados los Hermanos a dichos encuentros con la novelista... Todo esto puede explicar el que la escritora le tenga realmente “devoción” y haya querido honrar la figura de nuestro Hermano, dándole protagonismo en su novela ambientada en Africa. Por supuesto que la novela no es una “biografía” del Hermano, ni respeta fielmente los datos históricos de Fernando de la Fuente, pues ha de adecuarse al género de la novela y tratarlo como un “personaje” que se asocia a la expedición de Alexander Cold y Nadia Santos, los protagonistas de las 3 novelas. Pero la escritora sí hace hablar y actuar al Hno. Fernando de acuerdo con su rol de “misionero”, de hombre de Dios y de paz, de luchador por los pobres y los necesitados –en este caso el pueblo de los Pigmeos que aún viven en la esclavitud. Muy curioso: el personaje siempre sale nombrado como “Hermano Fernando” y hasta tendrá su rol en la obtención final de la libertad para el pueblo de los pigmeos. Para los lectores de Isabel Allende, escritora universal, hoy leída en todos los idiomas, me permito recordarles la trilogía de novelas de aventuras que ahora acabó: “La Ciudad de las Bestias” –ambientada en la selva amazónica cuyo valor ecológico Isabel quiere salvaguardar-, “El Reino del Dragón de Oro” –que sitúa en las montañas del Himalaya y cuyos habitantes son para la escritora modelos de sabiduría y de diálogo religioso, frente a los actuales “integrismos” del Islam y las “cruzadas y las guerras de Religión” de otros tiempos, de parte de los cristianos. La 3ª novela “El Bosque de los Pigmeos”, la sitúa en Africa y quiere ser su aporte a favor de la libertad de todos los oprimidos, y en especial de los esclavos, aún presentes en el continente africano... O sea que, más allá de las aventuras y del mundo mágico de selvas y montañas y la sabiduría de los pueblos primitivos, tan vivamente trabadas y narradas, la escritora tiene otros objetivos de fondo muy claros, luchar por promover grandes valores: el respeto por la naturaleza, el diálogo entre los hombres y las religiones y la libertad de los pobres y oprimidos... Y en esa dirección coloca a su ”Hermano Fernando”en esta novela que lo tiene presente a lo largo de 176 páginas.
 
– Desde este Colegio Marista de San Fernando queremos agradecer a la escritora chilena –afincada en California- su admiración por nuestro Hermano y el haberle presentado a un público lector, a escala mundial. Basta que quienes sabemos quién es “el misionero” y el “Hermano Fernando”, lo comentemos a los lectores de nuestro entorno.
 
Redactó: Hno. Agustín Carazo –FrAC._