De esta forma, un año recargado de desafíos, un esforzado camino que iniciamos en marzo se traducen en un crecimiento personal y espiritual de todos los beneficiarios. Desafíos cumplidos a cabalidad que se traducen en un campamento que se desarrolló sin ningún sobresalto.

Alrededor de las nueve de la mañana del día Viernes 16, todos presentes, nos encomendamos a la Buena Madre para iniciar y que la actividad otorgara fructuosos réditos. Ya en el lugar de campamento, lobatos y golondrinas trabajaron arduamente para crear el denominado “Museo del Entorno” con pinturas y obras artísticas que expresan su forma de ver el terreno que nos acoge. Asimismo terminaron el día con un refrescante “piquero” y juegos de esparcimiento que englobaba el fondo motivador, que en esta oportunidad consistía en la vida de los piratas y corsarios. Troperos y Guías se divirtieron durante la tarde con los ya tradicionales juegos acuáticos y algunos homólogos nocturnos tendientes a reforzar su capacidad de compartir y competir con alegría. Es el principio del fin. El primer día de campamento llega a su término. Cuerpos cansados intentan sacarse el cansancio para iniciar un nuevo día con la convicción de que el trabajo será aún mejor. Y con las ganas de hacer vida los principios de la ley y la promesa en el escenario en el que los scouts nos sentimos más cómodos: AL AIRE LIBRE.