Desde el 20 de enero hasta el 2
de febrero del presente año, siete dirigentes del grupo scout de
nuestro Colegio, hicieron vida la frase que le da titulo a esta
nota en la ciudad de Alto Hospicio, en la Primera Región
de nuestro país.
A través de un trabajo social, Rodrigo Albornoz, Marcelo Cerda,
Juan Luis González, Jorge Fernández, Felipe Fonseca, Solange
Merlo y Sergio Merlo sembraron la semilla del Carisma Marista
en este cordillerano territorio, hecho que se verá coronado con
la inauguración del Nuevo Colegio a principios del año
venidero.
¿Qué haría Marcelino si fuera
Hermano Marista hoy Esa es la pregunta que motivó al Hno.
Isidro Azpeleta, futuro Rector, para llamar a las Rutas
Maristas; etapa final del escultismo, para convertirlas en el
primer contacto que tuvieran los habitantes de la población
Santa Rosa (lugar donde estará emplazado el colegio), con la
herencia de San Marcelino en Chile.
Justo cuando se conmemorarán
los diez años del martirio del Hno. Fernando en África,
los representantes del colegio fueron parte de un grupo de 46
embajadores para llevar a cabo la difícil misión de aplicar un
censo poblacional con el objeto de recoger los antecedentes de
las familias y de sus necesidades para que así, el futuro
colegio sea una verdadera opción para superar la pobreza, sea
esta de índole material o espiritual.
Junto a ello, compartimos con
los niños de la población Santa Rosa, con juegos y talleres que
por 2 horas al día los sacaban de las lacras que en Alto
Hospicio; como en todo Chile, están a la vuelta de la esquina
para matar su tiempo. Asimismo se realizaron diferentes
actividades con jóvenes y adultos.
La misión llegó a su término por lo que tuvimos que regresar
para llegar felices a nuestra ciudad por el trabajo realizado,
el que se verá materializado en un proyecto que posibilitará a
niños y jóvenes de Alto Hospicio para salir de la precaria
situación de vida y poder estar orgullosos de Ser Maristas
al igual que nosotros.
A nombre de todos los que
participamos
Gracias a la Buena Madre por la posibilidad de ser
parte de esta misión para demostrar que el sueño de Marcelino
sigue aún vigentes de ver encarnado en esas personas el rostro
visible de Cristo, nuestro amigo y hermano mayor.