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Inicio Celebración de los 75 Años
Por
Instituto San Fernando .
Publicado:
29 Marzo 2006
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Con alegría, hemos iniciado la celebración de los 75 años de nuestro querido Colegio. Lo hemos hecho uniéndonos al Señor en la Eucaristía y rindiendo un homenaje a esta noble Institución a través de un desfile de todo el Colegio y de un homenaje a cada uno de los Hermanos de la Comunidad.
Muchos recuerdos se agolpan en nuestra memoria cuando transitamos por los caminos que los Hermanos José Marcelo, Crisóstomo, Juan Epifanio y Claudio, comenzaron a andar aquel 22 de marzo de 1931. Muchos Hermanos y Laicos Educadores han dejado un legado imperecedero en la memoria y en los corazones de cada una de las generaciones que han pasado por las aulas del Instituto San Fernando. Han transcurrido muchos años desde entonces. Son miles los alumnos que han pasado por nuestras aulas, cientos los Hermanos y Laicos Educadores. Por eso, el pasado domingo 26 de marzo quisimos reunirnos como Familia para celebrar la Eucaristía, que fue oficiada en la Parroquia San Fernando Rey por nuestro Obispo Monseñor Alejandro Goic K. y concelebrada por el párroco, Padre Fernando Armijo, y el sacerdote Héctor Fuentes, párroco de Malloa y guía espiritual de nuestro Colegio. El oficio religioso fue encabezado por nuestro Rector don Claudio Arellano C., la Comunidad de Hermanos de nuestro Colegio, el CODI, Docentes, Exalumnos, Alumnos y sus Familias, a los que se agregaron invitados especiales que fueron partícipes de esta alegría que nos embarga. El templo se colmó de familias y amigos que deseaban ser partícipes del inicio de esta celebración. La Eucaristía fue preparada y dirigida por el departamento de Pastoral de nuestro Colegio. Durante la Homilía, nuestro Pastor destacó la labor que realiza la Congregación Marista y agradeció la dedicación y el cariño que ellos han puesto en estos 75 años de servicio a la comunidad de San Fernando.
 
Don Claudio Arellano C. dirigió unas sentidas palabras durante la Acción de Gracias, haciendo una breve referencia a los inicios de nuestro Colegio en 1931, sus palabras fueron las siguientes... El Ilustrísimo señor Obispo de Rancagua, Don Rafael Lira Infante, desde varios años solicitaba la fundación de un colegio en la ciudad de San Fernando. Entró en negociaciones con nuestro Hno. Visitador, llegando a la conclusión de hacer realidad el proyecto de fundación del ISF. ¡Bendito sea Dios por ello!
 
El día 25 de febrero del año 1931, en el expreso de las 9.32, salen de Rancagua los Hnos. Crisóstomo y José Marcelo para tomar posesión del edificio que se destinaba al Colegio y preocuparse del amueblado y demás arreglos que exige una casa en fundación.
 
Llegaron a las 10.30 y se dirigieron a la calle Carampangue, entre Manuel Rodríguez y Talcahuano (hoy calle España), lugar donde está ubicada la nueva residencia. ¡Qué desolación! Piezas sucias, muebles amontonados, trabajos incompletos, sin luz, sin agua, sin cocina. Más tarde llegó Dn. Eduardo Larraín, Vicario del Obispado de Rancagua y, en su compañía y siguiendo su ejemplo, se comenzó a barrer. El sacristán de la Parroquia también ayuda a limpiar. Así se pasó el día de la fundación. Poco a poco, los vecinos se dieron cuenta de nuestra llegada. El mismo día 25 comenzamos a dormir en el local propio del colegio. En la única pieza que puede servir para dormir y en donde tenemos todo amontonado.
El Sr. Cura Párroco, Dn. Roberto Ramírez S. es acreedor a todos nuestros agradecimientos, pues, de palabra y de hecho, se ha portado muy bien. Durante 8 días, los hermanos almorzaron y comieron en su casa, e hizo varios regalos a la Comunidad, consistentes en armarios y libros. La nueva comunidad quedó integrada en esta forma: Hno. José Marcelo, Director, Hno. Crisóstomo, Hno. Claudio y Hno. Juan Epifanio.
 
El día 22 de marzo, primer domingo del curso, el Colegio sale por primera vez, para asistir a la misa de 10.30, en la parroquia. El público se detiene para contemplar la correcta formación de nuestros alumnos. Al salir de misa, la gente presencia nuevamente el desfile del colegio y los comentarios que se oyen son favorables.
Ese mismo día tuvo lugar la ceremonia de la inauguración oficial y bendición del local del Colegio, por el Sr. Obispo de Rancagua. Asistieron al acto todos los alumnos y sus familias, las autoridades y comunidades religiosas del pueblo y numerosas familias más.
 
Damos gracias a Dios por la actual Comunidad de Hermanos Maristas, Humberto, Raúl, Elías, Basilio y Francisco, porque con su testimonio de humildad y sencillez mantienen vivo el carisma del Padre Champagnat entre nosotros.
 
Damos gracias a Dios por el Hermano Fernando de la Fuente, quien con su testimonio de entrega a los más necesitados del Zaire ha dejado el ejemplo de un cristiano cabal, capaz de dar la vida por sus hermanos, a imagen de Jesús, que en la Cruz se entregó por nosotros para salvarnos.
Damos gracias a Dios por la incipiente comunidad Marista de Alto Hospicio, que nos vincula con las raíces de la Congregación, que surge en 1817 para educar a los niños más necesitados del Sur de Francia. En Alto Hospicio, el Hermano Agustín, hasta hace poco Vicerrector de nuestro Colegio, y el Hermano Isidro, han iniciado una nueva obra, en medio de la pobreza, en una casa pequeña y sencilla, con la ilusión de ayudar a la Iglesia a formar buenos cristianos y buenos ciudadanos.
 
Damos gracias a Dios por los educadores Maristas, Hermanos y Laicos, que siguiendo a Marcelino Champagnat, tratamos de ser apóstoles para los jóvenes, evangelizándoles a través de nuestra vida y nuestra presencia entre ellos, así como mediante nuestra enseñanza, dando testimonio personal y comunitario de nuestra alegría, esperanza y vida cristiana.
Damos Gracias a Dios por las familias que nos confían a sus hijos. Por la colaboración que nos brindan para educarles con el sello de María y Champagnat. Por hacernos partícipes de los sueños que tienen para sus hijos, principales depositarios de nuestra vocación educadora.
 
Damos gracias a Dios por los niños y jóvenes que el Señor nos ha confiado, para ayudarles a ser personas integras y esperanzadas, con un profundo sentido de responsabilidad orientado a la transformación del mundo que les rodea. Inspirados por las palabras de Marcelino: “No puedo ver a un niño sin sentir el deseo de catequizarle, de decirle cuánto lo ama Jesús”, presentamos a Jesús a los jóvenes como una persona real, al que pueden llegar a conocer, amar y seguir.
Damos gracias a Dios por los exalumnos egresados de las aulas del ISF, que a través del Centro de Exalumnos mantienen vivo su amor por nuestro Colegio y sirven a la sociedad con los valores que la Buena Madre y San Marcelino sembraron en su espíritu durante su paso por las aulas Maristas.
 
Finalmente, damos gracias a Dios por la ciudad de San Fernando, que acogió esta obra y la hizo parte de su historia en las calles que hoy llevan el nombre de nuestro Fundador y de Hermanos que dejaron la huella del Evangelio con su entrega y compromiso cristiano.

Por todo esto, te damos gracias, Señor.
Terminada la Eucaristía, nuestros alumnos y alumnas revivieron una antigua tradición de la ciudad: el desfile colegial. Ante las autoridades presentes, encabezadas por nuestro Rector, el señor Alcalde, el señor Gobernador, el Comandante del Regimiento Nº 19 de Colchagua, el Prefecto de Carabineros, la Comunidad de Hermanos y otros invitados, junto a los familiares de los alumnos, se dio inicio al solemne desfile de todo el Colegio, desde Prekínder hasta Cuarto Medio, incluidos los docentes y un grupo de entusiastas exalumnos, que con mucha prestancia y orden recordaron sus tiempos de estudiante. Previo al desfile, se izó el pabellón nacional a los acordes del Himno Nacional interpretado por la banda Instrumental del Regimiento N° 19 de Colchagua. Luego se presentó con gran éxito el grupo instrumental dirigido por la profesora Francisca Mena. Finalizó este breve acto con un momento muy emotivo. Nuestro Rector, don Claudio Arellano C., acompañado por el señor Alcalde y exalumno, don Juan Paulo Molina, el Presidente del Centro de Padres, don Francisco Cumsille, el Presidente del Centro de Alumnos, don Rodrigo Guajardo, y el Presidente del Centro de Exalumnos, don Francisco Morales, entregaron un reconocimiento muy merecido a la actual Comunidad de Hermanos de San Fernando por su entrega generosa y su permanente disposición para seguir mantieniendo muy en alto el Carisma Marista. Al concluir, la enorme satisfacción de haber vivido dos ceremonias muy emotivas y muy bien organizadas, con las cuales nuestro Colegio se conecta con su historia y renueva el compromiso de seguir formando Buenos Cristianos y Virtuosos Ciudadanos, legado permanente de nuestro Santo Fundador, Marcelino Champagnat.
 
La alegría y satisfacción de los padres, como también sus felicitaciones por esta hermosa celebración, son nuestro mejor incentivo para seguir educando a la luz del Evangelio.  
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