Había razones para reír. La bienvenida a las merecidas vacaciones de invierno ya era argumento, y si a ese ingrediente se le adiciona el positivo balance de la primera parte del año, quedaba un menú perfecto que alentaba a disfrutar de una última jornada de relajo y diversión. Tiempo para dejar los cuadernos de lado, aunque solo por un rato. Cada curso participó activamente y así profesores y alumnos fueron protagonistas. Es que la llegada de las vacaciones de invierno significa una pausa necesaria para retomar fuerzas y seguir adelante. La actividad principal se desarrolló en el Gimnasio de nuestro Instituto, donde los alumnos de enseñanza básica participaron junto a sus maestros de la música, los juegos y la sana entretención que estaba preparada. Nadie se restó en el ambiente de alegre despedida. Un lapso de dos semanas para luego reencontrarse y seguir trabajando para formar “buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”. Fiesta infantil.

En el jardín en tanto, los pequeños alumnos maristas tenían un evento personal. Y todos participaron de los juegos que las tías y asistentes tenían organizados. Es así como si vio jugar activamente a las profesoras con nuestros más noveles estudiantes. Y a las tías asistentes hacer sus mejores rutinas para pasar un buen rato. Los parvulitos maristas jugaron a la silla musical, a pescar, bailaron y rieron de buena gana, como solo ellos lo saben hacer. En el momento de la despedida tanto tías como niños y niñas cantaron alegres para ir a descansar a sus casas. Merecido se lo tienen.
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