Un grato encuentro con el Hermano Superior
General tuvimos los Consejos Directivos de los colegios Maristas
de Chile el pasado sábado 21 de abril, en Santiago. El Hermano
Sean, quien ejerce como Superior General desde el año 2001, está
visitando las obras Maristas de nuestro país y durante su
permanencia entre nosotros se ha dado tiempo para visitar
especialmente el nuevo colegio Marista de Alto Hospicio y el
colegio Marista de La Pintana.
Al mismo tiempo, se ha reunido
con personas representativas de los diferentes equipos que
conforman el Sector Chile de la Provincia Santa María de los
Andes.
Con respecto al encuentro que tuvimos el sábado
pasado, quisiera recoger los principales lineamientos de su
exposición y algunos tópicos del documento que entregó a cada
uno de quienes asistimos. El tema central de su presentación fue
Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar. La vida
apostólica marista hoy. Aun cuando habla español, optó por
expresarse en Inglés y la traducción estuvo a cargo de nuestro
conocido y querido Hermano Agustín Carazo.
A partir de la constatación de la importancia que
el laicado tiene hoy en las obras Maristas, El Hermano Sean
planteó que el Concilio Vaticano II fue un momento determinante
para el laicado católico al igual que para la vida religiosa. La
proclamación de la llamada universal a la santidad que resonó en
la asamblea estaba dirigida a unos y a otros. Por fin había una
declaración de que todos los cristianos están bautizados para
una misión: la de proclamar el Reino de Dios y su inmanencia.
Como resultado de las decisiones tomadas en el Concilio, los
laicos fueron moviéndose desde la posición de auxiliares a la de
plenos asociados a la misión.
Estas ideas matrices proponen entonces una nueva
manera de ver la tarea del laico en la Iglesia. Ya no está en el
último nivel de la pirámide, sino que forma parte de la
estructura de la vida eclesial, integrada por el laicado, el
sacerdocio y la vida religiosa. El Papa Juan Pablo II, dice el
Hermano Sean, tenía la convicción de que la Iglesia de esta
era sería conocida como la Iglesia del laicado. Por lo tanto,
el laicado Marista no es sino una respuesta a esa convicción
En este contexto, los laicos Maristas tenemos
mucho que aprender, mucho que crecer. No se trata, como dice
nuestro Superior, de la sola participación en un trabajo común;
se trata de compartir la fe y el conjunto de valores comunes,
centrados en el amor a Jesús y la experiencia colectiva de tener
a Marcelino Champagnat, que captura nuestros corazones y atrapa
nuestra imaginación.
En la parte final de su exposición, el Hermano Sean señaló que
la Escuela Marista debe ser principalmente un lugar de
aprendizaje, de vida y de evangelización. Debemos entender que
nuestra tarea educativa no es sólo una profesión, sino que es
una vocación, que se realiza a la manera de María.
Este es parte del profundo mensaje que tuvimos el
privilegio de escuchar quienes fuimos invitados a participar de
esta instancia de encuentro. Nuestro Superior General me impactó
por su sencillez y cercanía. Él es el sucesor de Marcelino
Champagnat y no cabe duda de que representa fielmente el carisma
del Fundador.
Concluidas las palabras del Hermano Sean, el Coro de papás del
Instituto Alonso de Ercilla le regaló hermosas melodías, que
todos los asistentes pudimos disfrutar.
Doy gracias a Dios por haber vivido esta
experiencia tan profunda y gratificante, que nos prepara para el
encuentro de Chosica, Perú, que tendremos entre el 26 de abril y
el 1 de mayo, cuyo tema central será la Misión Marista.
Claudio Arellano Cortés
Rector ISF