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Encuentro con Hno. Sean D. Sammon, Superior General de La Congregación Marista
Por
Instituto San Fernando .
Publicado:
23 Abril 2007
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Un grato encuentro con el Hermano Superior General tuvimos los Consejos Directivos de los colegios Maristas de Chile el pasado sábado 21 de abril, en Santiago. El Hermano Sean, quien ejerce como Superior General desde el año 2001, está visitando las obras Maristas de nuestro país y durante su permanencia entre nosotros se ha dado tiempo para visitar especialmente el nuevo colegio Marista de Alto Hospicio y el colegio Marista de La Pintana.
Al mismo tiempo, se ha reunido con personas representativas de los diferentes equipos que conforman el Sector Chile de la Provincia Santa María de los Andes. Con respecto al encuentro que tuvimos el sábado pasado, quisiera recoger los principales lineamientos de su exposición y algunos tópicos del documento que entregó a cada uno de quienes asistimos. El tema central de su presentación fue “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar. La vida apostólica marista hoy”. Aun cuando habla español, optó por expresarse en Inglés y la traducción estuvo a cargo de nuestro conocido y querido Hermano Agustín Carazo. A partir de la constatación de la importancia que el laicado tiene hoy en las obras Maristas, El Hermano Sean planteó que “el Concilio Vaticano II fue un momento determinante para el laicado católico al igual que para la vida religiosa. La proclamación de la llamada universal a la santidad que resonó en la asamblea estaba dirigida a unos y a otros. Por fin había una declaración de que todos los cristianos están bautizados para una misión: la de proclamar el Reino de Dios y su inmanencia. Como resultado de las decisiones tomadas en el Concilio, los laicos fueron moviéndose desde la posición de auxiliares a la de plenos asociados a la misión. Estas ideas matrices proponen entonces una nueva manera de ver la tarea del laico en la Iglesia. Ya no está en el último nivel de la pirámide, sino que forma parte de la estructura de la vida eclesial, integrada por el laicado, el sacerdocio y la vida religiosa. El Papa Juan Pablo II, dice el Hermano Sean, “tenía la convicción de que la Iglesia de esta era sería conocida como la Iglesia del laicado. Por lo tanto, “el laicado Marista no es sino una respuesta a esa convicción” En este contexto, los laicos Maristas tenemos mucho que aprender, mucho que crecer. No se trata, como dice nuestro Superior, de “la sola participación en un trabajo común; se trata de “compartir la fe y el conjunto de valores comunes, centrados en el amor a Jesús y la experiencia colectiva de tener a Marcelino Champagnat, que captura nuestros corazones y atrapa nuestra imaginación”.
 
En la parte final de su exposición, el Hermano Sean señaló que la Escuela Marista debe ser principalmente “un lugar de aprendizaje, de vida y de evangelización. Debemos entender que “nuestra tarea educativa no es sólo una profesión, sino que es una vocación, que se realiza a la manera de María”. Este es parte del profundo mensaje que tuvimos el privilegio de escuchar quienes fuimos invitados a participar de esta instancia de encuentro. Nuestro Superior General me impactó por su sencillez y cercanía. Él es el sucesor de Marcelino Champagnat y no cabe duda de que representa fielmente el carisma del Fundador.
 
Concluidas las palabras del Hermano Sean, el Coro de papás del Instituto Alonso de Ercilla le regaló hermosas melodías, que todos los asistentes pudimos disfrutar. Doy gracias a Dios por haber vivido esta experiencia tan profunda y gratificante, que nos prepara para el encuentro de Chosica, Perú, que tendremos entre el 26 de abril y el 1 de mayo, cuyo tema central será la Misión Marista. Claudio Arellano Cortés
Rector ISF    

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